Mastocitoma

Si has notado que tu perro tiene algún bulto o masa en su piel, es posible que te preguntes si se trata de algo grave o no.

Los tumores cutáneos son muy frecuentes en los perros, y pueden tener diferentes causas y grados de malignidad. Algunos son benignos y no requieren de tratamiento, mientras que otros son malignos y pueden poner en riesgo la vida de tu mascota.

Entendiendo al Mastocitoma

Uno de los tumores cutáneos más comunes y peligrosos en los perros es el **Mastocitoma**. Se trata de un cáncer que se origina en las células del sistema inmunitario llamadas mastocitos, que se encargan de liberar sustancias como la histamina, la heparina y la serotonina, que intervienen en las reacciones alérgicas y en la inflamación.

Como saber si mi perro tiene Mastocitoma

El Mastocitoma se presenta como un bulto o una masa en la piel, que puede tener diferentes tamaños, formas y colores. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más frecuente en el tronco, las extremidades y la cabeza. A veces, el tumor puede ulcerarse o sangrar, y causar picor o dolor en el perro.

El problema es que el Mastocitoma puede confundirse con otros tipos de tumores o con lesiones benignas, como quistes, lipomas o verrugas. Por eso, es muy importante que si detectas algún bulto sospechoso en tu perro, lo lleves al veterinario lo antes posible para que le haga un diagnóstico adecuado.

Estos tumores tienen la característica biológica de que pueden volverse sistémicos (circula en sangre). Los signos incluirán letargo, anorexia, vómitos, pérdida de peso, esplenomegalia, hepatomegalia y masas cutáneas detectables.

¿Cómo se diagnostica el Mastocitoma?

El veterinario puede realizar varias pruebas para confirmar si tu perro tiene un Mastocitoma o no. Una de las más sencillas y rápidas es la **aspiración con aguja fina**, que consiste en extraer una muestra de células del tumor con una jeringa y observarla al microscopio. Si se ven mastocitos anormales, se puede confirmar el diagnóstico de Mastocitoma.

Sin embargo, esta prueba no es suficiente para determinar el grado de malignidad del tumor, es decir, qué tan agresivo es y qué tan probable es que se extienda a otros órganos. Para eso, se necesita hacer una biopsia, que consiste en extraer una porción del tumor y analizarla en un laboratorio. Allí, se puede evaluar el **grado de diferenciación** de las células tumorales, que indica qué tan parecidas son a las células normales. Cuanto más diferenciadas sean, menos maligno será el tumor, y viceversa.

¿Cómo se trata el Mastocitoma?

El tratamiento del Mastocitoma depende de varios factores, como el tamaño, la localización, el grado de diferenciación y la sistémica del tumor. El objetivo es eliminar el cáncer y evitar que se reproduzca o se propague.

El tratamiento más habitual es la cirugía, que consiste en extirpar el tumor y un margen de tejido sano alrededor. Esto puede ser suficiente para curar el cáncer si el tumor es pequeño, bien diferenciado y no tiene metástasis. Sin embargo, si el tumor es grande, mal diferenciado o tiene metástasis, se puede requerir de tratamientos adicionales, como la quimioterapia, la radioterapia o la inmunoterapia, que ayudan a destruir las células cancerosas que puedan quedar o que se hayan diseminado.

Stelfonta

Uno de los fármacos más novedosos y efectivos para el tratamiento del Mastocitoma es el **Stelfonta**, que se aplica directamente sobre el tumor y provoca su necrosis, es decir, su muerte celular. Este medicamento tiene la ventaja de que tiene pocos efectos secundarios y puede usarse en casos en los que la cirugía no es posible o no es suficiente.

Stelfonta se administra en una sola inyección, directamente en el tumor. Destruye las células cancerosas y priva a éstas de riego sanguíneo. Esto crea una herida en el lugar de la inyección.

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